Holas, holas ya volví amigos(as) lectores: Nuevamente, para contarles mis experiencias con las lisuras o "malas palabras" como también se les conoce.
Resulta que nosé muy bien por qué motivo, razón o circunstancia es que yo no puedo decir estas "malas palabras". Siempre mi hijo me dice: "pero mamá, ¿por qué dices michigan y no mencionas la lisura por su verdadero nombre? bueno, ése es un ejemplo nada más, eh.
Yo sé, entiendo que las lisuras ya pertenecen al vocabulario de cada día, se usa en cada momento como parte del lenguaje normal que todos hablamos. No tengo ninguna oposición por ello, pero soy yo quien no las puede decir, me siento rara cuando las menciono; por eso, siempre les cambio de nombre, osea, les pongo apodo a las lisuras. Son mis "lisuras diplomáticas".
Les cuento, mi padres (que en paz descansen) él era pescador, sin embargo en casa no mencionaba ninguna lisura. Por el contrario, mi madre uyayai, ella sí las hablaba. Toda mi familia por parte de mi madre tienen un vocabulario lisurático y por lo tanto yo me acostumbré a esas palabras y no tengo inconvenientes con ninguna, simplemente no las puedo mencionar.
En la calle, se escucha a diario y hasta en las películas las leo y las escucho normal especialmente si son peruanas. Y cuando se cuentan los chistes hasta en la televisión (voy a mencionar una a ver cómo me siento, disculpen ante todo) los chistes los cuentan con lisuras y son un "cague" de risa. A mi también me vacila y me río, me río y me río; es que aveces caen a pelo causando mucha gracia.
NO, NO ME SIENTO BIEN ESCRIBIÉNDOLA TAMPOCO, así que sólo voy a referirme a ellas y no las voy a mencionar. Tampoco quisiera herir susceptibilidades.
A mí siempre me gustó el lenguaje, desde pequeña siempre me ha gustado jugar con las palabras, invertir las frases, cambiar las lisuras por palabras más suaves pero que todos sabían a lo que me refería; entonces, no veo la necesidad de mencionarlas salvo en caso de suma importancia extrema: Cuando estoy molesta.
Ahí sí, se me vienen cual bandadas de palomas a la mente y se salen por mi boca. Quienes me conocen saben que puedo llevar una discusión alturada; pero en ocasiones, hay alguna persona que cuando se está dando cuenta que "va perdiendo" empieza con las groserías y le tengo que decir:
"un momentito, un momentito, en primer lugar bájame tus revoluciones y déjate de vainas y si quieres hablar en otro idioma estás con la persona indicada" Y abro la jaula de mi palomar y ahí salen volando regándole los "paquetitos" sobre toda su fisonomía, especialmente sus oídos.
Ojo, amigo(a) lector(a), que soy así solamente cuando me extramolesto, eehh. Por lo general soy una persona tranquila y tolerante; pero, que no se pasen pe! Lo que quiere decir , que las uso como un caso extremo de defensa, osea casi nunca, claro de acuerdo como me traten. Respeto guarda respeto.
Es una manera de hacerle ver a esa determinada persona que conoces del tema (lisuras) pero que simplemente no te da la gana de usarlas. Es como que le busquen pleito a un boxeador y tanto que lo friegan que para callarlo éste hace uso de su golpe pero para bajarlo nada más no para hacerle daño. Porque tú sabes está prohibido que un boxeador le pegue a alguien.
Ya sabemos que desde pequeñitos se les enseña a decir las lisuras y como son chiquitos, pués , la verdad que dá risa; pero, esperen a que crezcan, ya a los padres no les parece gracioso y quieren corregirlos pero yaa noo see vaa a podeer. A lo hecho pecho y seguir adelante. Sólo queda enseñarles que las usen sin que perjudique a nadie y se solucionó el problema.
Sinceramente, no veo ningún problema en estas palabras que ya, como lo dije anteriormente, forman parte del idioma de cada país. Lo que sucede es que cada nación tiene sus "malas palabras". A veces, lo que para ellos son lisuras no lo son para nosotros y viceversa.
Ojo, pestaña y ceja, amigo(a) lector(a), si bien es cierto estas "malas palabras" ya son costumbre entre amigos, familia, etc. siempre hay que tener moderación en su uso (como en todo lo que hacemos) y tener cuidado cuando de trabajo o negocios se trata muy especialmente con los desconocidos clientes con los cuales se tienen que contactar o con los superiores laborales -salvo error u omisión- es decir, que se tengan confianza.
Bien amigo(a) lector(a) en este artículo les explico, en cierta manera, el porque no van a encontrar emes, ni ajos, ni cebollas en mis escritos. En primer lugar, por respeto a mis lectoras y lectores. En segundo y tercer lugar porque no me gusta mencionarlas.
Ahora sí ojitos lectores, en espera que les haya gustado este relajante artículo y dándoles muchas gracias por dedicarme un poquito de su tiempo, me despido de ustedes hasta la próxima escritura. Chaucito.
Luz para tus ojos,
Buket.
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