Holas, holas: Queridas amistades, en esta oportunidad, para disiparnos un poco, les voy a contar un cuento:
CUALQUIER PARECIDO A LA REALIDAD, ES PURA COINCIDENCIA.
Había una vez un ser espiritual adolescente llamado Terra que era todo amor, osea, perfecto. Y viendo que no todos los seres que habitaban ese lugar donde vivían, alcanzaban esa perfección por no querer asimilar bien el amor, un día se dijo:
Ya sé, voy a crear un mundo perfecto. Y fue así que se dedicó a juntar todas las piezas necesarias y sobre una mesa lo trabajó y como una maqueta lo trabajó. Comenzó a unir las piezas y formó así un universo, con sus órbitas, sistemas, tierras, mares, vegetaciones, animalitos y con todas sus luces respectivas, día, noche, etc., etc.
Así cuando terminó, contenta se dijo: Listo, qué lindo me quedó: ¡Lista la casita! Ya sé, se llamará como yo Terra. Ahora voy a hacer los integrantes de esta enorme mansión.
Y creó a varios hermosos seres a los que llamó mujer. Los hizo de carne y hueso, cada una de diverso color, y eran perfectas. A la primera mujer que hizo que era morena, le puso por nombre Elva.
Pero sucedió que el travieso de su hermano espiritual, llamado Damián; aprovechando que Terra no estaba en su casita, se dijo traviesamente: Voy a fastidiar a mi hermana. Pensó en hacer más seres humanos y como no sabía qué formula había utilizado Terra para hacer a estos hermosos seres, se dijo, ya sé, mejor las duermo y los saco de ellas mismas.
Así fue que las durmió. Y a cada una le quitó un poco de su cintura para lograr hacer sus seres humanos. Y para poner su marca y molestar a su hermana ser espiritual, los hizo un poco diferentes, digamos, de manera invertida. Así:
Lo que ellas tenían en su pecho, Damián, a sus seres se los colocó abajo pero en menor tamaño y como todavía le quedaba un poco del material con el que los estaba haciendo; entonces, hizo un tronquito y a cada uno se los colocó en el centro de las bolitas que les había hecho. Y así hizo muchos, también cada uno de distinto color. Los llamó hombres y al primero que hizo le puso por nombre Adonis.
Cuando terminó, se iba rapidito para que no lo vean, pero no le ligó; porque Terra lo encontró en el camino y al ver las manos de su hermano, se dio cuenta de lo que había pasado. Y Damián, solo atinó a decir: Ha quedado monstruo.
La adolescente espiritual Terra, le contó a su padre Yamira, que había creado un mundo perfecto; pero que su hermano Damián aprovechando su ausencia se había entrometido haciendo nuevos seres humanos, transformando todo lo perfecto que ella había hecho.
Yamira, actuando razonablemente, le dijo a Damián su hijo: ¿Te das cuenta lo que has causado? has creado todo un alboroto y la perfección peligra. Solo queda una cosa por hacer: Tendrás que ingresar a ese mundo para que arregles lo que has arruinado.
Pero padre...No, hijo, no hay más nada qué decir.
Te vas para allá y tendrás el trabajo de arreglarlo todo. Deberás hablar del amor y enseñarles todas las cosas buenas para ese mundo y cómo deben actuar para retomar la perfección perdida -que aunque no lo saben- tú lo causaste.
Esa será tu misión. Y para que sientas en carne propia lo que provocaste, de carne y hueso irás y sentirás todo como lo siente el humano.
Yamira, le dijo a su hijo Damián: En el mundo de los humanos te llamarán Hazás. Si logras tu cometido, te salvarás porque ellos mismos te considerarán y te guardarán respeto
Pero, si no lo logras, tomarás conciencia de lo que provocaste y en las mismas manos de los humanos quedarás. Y ellos te harán justicia.
No te apoyaré en esta lección que aprenderás. De la misma manera que no pediste ayuda para hacer el mal que hiciste. Arreglarás tú solo lo que has hecho y aprenderás muy a conciencia la importancia del amor en el mundo; osea, de la perfección.
Damián, consciente que había obrado mal, aceptó su sanción y se preparó para ir al mundo de los humanos imperfectos que él mismo provocó.
Así fue que partió. De repente, llorando despertó y se dio cuenta que ya era humano, de carne y hueso, que estaba rodeado de varias personas; todos eran físicamente más grande que él, que Damián.
Que era pequeñito y que estaban felices de verlo y lo llamaban Hazás. ¡Qué hermoso es! decían sus nuevos padres humanos y las otras personas le daban la bienvenida.
Damián asumió que al tener una familia humana y al ser el bebé de la familia: aunque el quisiera no podría caminar y ni siquiera hablar, hasta crecer un poco. Pero sus conocimientos y su intelecto estaban intactos, sabía perfectamente lo que estaba sucediendo y recordaba muy bien cuál era su misión. No le quedaba otra que "pa delante nomás".
Cuando Hazás partió al mundo de los seres humanos, Yamira, su padre, envió a un batallón de seres espirituales a Terra, estos seres estaban totalmente camuflados, iban de encubiertos.
Y tenían la misión de instalarse en algún lugar lejano de las ciudades y esperar a que Hazás, por su propia voluntad, llegue por ayuda espiritual, la cual debían brindarle hasta la perfección.
Estos seres no debían revelarle a Hazás quienes eran realmente y no debían buscarlo, solo esperar que Hazás llegue a ellos comprendiendo por sí mismo realmente la importancia del amor, para ser totalmente perfecto y poder enseñarlo al mundo de los humanos.
Y en tanto el tiempo que pasaba, Hazás iba creciendo siempre observando a su padre, Ésoj, trabajar; y lo amorosa que era su madre Talía.
Pero la angustia de Hazás estaba ahí, en él; si bien se comportaba como debía ser, era una lucha constante. Su intelecto no cabía dentro de ese pequeño cuerpo y eso lo tenía inquieto. Su cuerpo lo limitaba.
Fue así que un día, ganándole su espíritu travieso, salió de su hogar y no dijo a dónde iba, tendría ya unos 12 ó 13 años. Y se puso a escuchar a un grupo de maestros que se encontraban reunidos en un aposento.
Tal era su ímpetu que no paró hasta que intervino pidiendo la palabra, dándole a los maestros una charla magistral, la cual dejó boquiabiertos a todos.
Se encontraba allí cuando llegaron sus padres Thalía y Ésoj, totalmente preocupados porque lo daban por perdido. Se alegraron mucho al encontrarlo y se lo llevaron de ahí; y él explicándole a sus padres que tenía un deber que cumplir.
Llegando a su hogar y creyendo Hazás que ya era conveniente que sus padres conocieran la verdad, les reveló lo acontecido y les mencionó la misión que debía realizar. Sus padres amorosos, le siguieron la corriente.
Los padres de Hazás estaban sumamente preocupados por el comportamiento de su hijo, pero decidieron apoyarlo.
A pedido de Hazás, quién se enteró que habían unos maestros eruditos quienes podrían perfeccionarle su amor (al fin había comprendido que solo así podría llevar a cabo su misión), sus padres lo llevaron fuera de las ciudades y se instalaron ahí por muchos años.
A los 33 años humanos, Hazás, ya se encontraba listo física y mentalmente y regresó con sus padres Talía y Ésoj a las ciudades para llevar a cabo su misión.
Empezó su travesía a pie y hablándole a las personas sobre ¿Qué era? y la importancia del amor para el mundo.
Para llegar rápido a más gente (en ese momento indefinido del tiempo no había adelantos cibernéticos), comenzó explicándoles y convenciendo una a una de las personas, consiguiendo un gran número de seguidores y muy especialmente de 12, quienes se convertirían en sus incondicionales discípulos.
Así, ya eran muchísimas personas quienes iban detrás de él, para hacerle saber a Hazás que estaban de acuerdo en todo lo que decía del amor. Cual partido político con su presidente a la cabeza.
Hazás estaba contento porque sentía que estaba consiguiendo su misión. Y para poder convencer a los que todavía no creían en él, hizo lo que no debía hacer (producto de su carácter impetuoso el cual le era difícil dominar):
Haciendo gala del don que solo tienen los seres espirituales, comenzó a curar enfermos, a resucitar difuntos, caminar sobre el agua, etc., ganando con ello a muchos adeptos más. Pero también, muchos feroces enemigos.
Mientras esto sucedía con Hazás y la gente. Por otro lado las autoridades y políticos de sus ciudades, comenzaron a ver a Hazás como un fuerte y peligroso adversario en sus malsanas ambiciones políticas: "Él nos puede ganar en las elecciones" decían.
Y preocupados pensaron que tenían que eliminar a ese inesperado "outsider". Entonces comenzaron una desprestigiosa campaña contra Hazás; y sus tentáculos eran tales que efectivamente lograron que Hazás fuera detenido, muy a pesar de sus seguidores y discípulos.
Ya estando Hazás, en "prisión preventiva", se confabularon todas las autoridades, respectivas al malsano interés; se reunieron en una sesión extraordinaria y al final, después de hacer sus "arreglos" correspondientes, decidieron hacerle creer al pueblo que los consideraban y que les daban la oportunidad de elegir entre 2 presos.
Ya que se acercaba tiempo de indulto. Hicieron reunir a todo el pueblo y les preguntaron: "Pueblo ¡A quién quieren que dejemos libre al ladrón Sabarrab, o al insurgente opositor político Hazás quien anda proclamando que es más que todos nosotros?
El pueblo comenzó a corear el nombre de Sabarrab y entonces Hazás fue condenado a muerte.
Hazás fue condenado a morir colgado de un madero -que era la costumbre en esos indefinidos tiempos de este cuento- y así fue que Hazás tenía que caminar hacia un lejano lugar y subir a unas lomas donde se encontraba el "sitio de la muerte".
Entonces las autoridades ordenaron que Hazás realizara todo ese recorrido solo y con un ataúd sobre su espalda. Y así se hizo.
Al tiempo que caminaba, era rodeado por muchísimas personas, algunos contentos, otros totalmente destrozados de dolor. También era insultado y burlado por gente de mal corazón.
Y a pesar de tener un físico extraordinario, Hazás se sentía totalmente compungido al pensar que en realidad había fallado en la misión que debía cumplir. Recién entendió entonces el mal que había cometido con este mundo terrestre.
Y era ése su más fuerte dolor que los golpes o insultos, o el peso que llevaba sobre su espalda. Pero, mucho más gigante y sincero era su arrepentimiento.
Estaba totalmente arrepentido de lo que había cometido con estos seres y asumió que se tenía merecido lo que estaba pasando. Sin saber, se estaban haciendo justicia.
Y así llegó al sitio, sudando a borbotones, con sangre en su cuerpo de los golpes que algunos desalmados le brindaron, debilitado además por la fuerza extrema al cargar el ataúd, con todo ese dolor en el corazón y con todo su enorme arrepentimiento. Deseando el perdón para los humanos y para él mismo.
Las autoridades sonrientes, porque eliminaron al contrincante. Entonces, lo cogieron y lo colgaron en el madero y lo dejaron ahí hasta que muera. Habían dos ladrones a su alrededor. Y uno de ellos le dijo: "yo creo en el amor que tu predicas y por eso estoy aquí".
En el transcurso de estar colgado en el madero, con muchas dificultades, Hazás pronunció algunas palabras:
Se dijo a sí mismo:
Fue mi culpa y no saben lo que hacen.
Al ladrón que estaba a su lado:
Si conoces el amor, te volverás espiritual.
A sus padres Talía y Ésoj:
Madre, te dije la verdad.
Padre, cuídala como a una madre.
A su padre espiritual Yamira:
Hice la misión solo.
A su padre Yamira:
Me arrepiento totalmente. (del caos causado).
A los seres terrestres:
Se hicieron justicia. (sin saberlo).
A su padre Yamira:
Ya voy de regreso.
Fueron unas horas dolorosas, desgarradoras y en la última palabra que dijo, Hazás murió.
Las autoridades lo bajaron y pusieron el cuerpo dentro del ataúd para hacer el velatorio que solían hacer con todos los condenados a muerte y lo dejaron por toda la noche.
Su padre espiritual Yamira, que estaba al corriente de lo que estaba pasando; pidió a su escuadrón de seres espirituales encubiertos que rescataran el cuerpo y que se regresaran a casa, porque la misión ya había terminado. Y así lo hicieron.
Cuando Damián (Hazás) regresó a su casa abrazó fuertemente a su padre Yamira y no necesitaron decir palabra alguna; con sus pensamientos sabían perfectamente como se sentían ambos.
Yamira le dijo a Hazás: Hijo mío, si bien es cierto no pudiste restablecer el daño hecho, aprendiste la principal misión: Saber exactamente lo que es el verdadero amor.
Has aprendido mucho, ahora eres perfecto. Y solo ahora que eres perfecto podrás resarcir lo que alguna vez por imperfecto cometiste.
Cuando tomes este reino en tu poder podrás realizar los cambios necesarios en el planeta Terra para que realmente sea lleno de amor y de perfección. Gracias padre, dijo Hazás.
Y así Hazás solo espera el momento para enmendar lo que hizo y llenar de amor y perfección el universo, como quiere su hermana espiritual Terra.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
MORALEJA:
NO SABES EL ALCANCE DEL DAÑO QUE LE HACES A OTRO; HASTA QUE VIVES ESE DAÑO EN CARNE PROPIA, EN LAS MISMAS MAGNITUDES QUE LO HICISTE.
Podrían sacarse muchas otras, pero me decidí por esta. Si gustas puedes sacar tu propia moraleja.
Bueno, ojitos lindos que me leen, espero que haya sido del agrado de ustedes, pero sobretodo que les ayude en algo. Nos estaremos encontrando en un próximo artículo. Gracias por leerme. Cuídense. Chaucito.
Luz para tus ojos,
Virginia.